Un amigo me dijo un día que había cosas que no se podían adaptar para hacer una película o un relato. Yo recogí ese guante y dije que podía escribir una historia basada en el clásico juego de Atari, Pong. Sí, sí, ese de los palitos y la pelotita cuadrada. Pues nada, que unos días mas tarde después de dar algunas vueltas a la mollera se me ocurrió algo tal que esto, e hice un montaje a modo de cartel ilustrando en lo que se podía convertir.
Más adelante el relato de este hijo bastardo de Tron y El juego de Ender.